
Para mantener la belleza de las perlas, es necesario saber cómo cuidarlas apropiadamente. A pesar de que su estructura cristalina y compacta las hace duraderas, las perlas son suaves por naturaleza y esta realidad no puede pasar inadvertida. Es muy fácil rayar las perlas y su solo contacto diario con los aceites propios de la piel pueden deteriorarla. Por lo tanto, una limpieza diaria y meticulosa debe ser parte de la rutina de todo dueño de un collar de perlas.
1. Busca un paño de tela muy suave. Elige un paño para joyería o cualquier paño limpio, de preferencia hecho de algodón.
- Jamás utilices productos abrasivos para limpiar las perlas como cepillos de dientes o esponjas de plástico. El único producto que debes emplear para limpiar las perlas es un paño de tela suave.
2. Cada vez que te saques tu collar de perlas, límpialas suavemente para eliminar cualquier aceite natural del cuerpo o la transpiración. Humedece ligeramente un paño y limpia cada perla una por una.
- Nunca apliques limpiadores comerciales para joyería en tus perlas. Generalmente, dichos productos contienen una elevada cantidad de amoníaco, el cual podría dañar las perlas.
3. Por cada quinta lavada, tus perlas necesitarán algo más fuerte que un simple paño humedecido. Sumerge un paño suave en agua tibia ligeramente jabonosa. No utilices detergente líquido. Usa un jabón muy suave como el jabón de Castilla sin fragancia o sin colorantes.
- Limpia tus perlas con un paño limpio humedecido para quitar cualquier residuo de jabón.