¿Qué son los diamantes?
La palabra «Diamante» viene de la palabra griega «Adamas», que significa indestructible. Es la única gema conocida por el hombre hecha de un solo elemento, carbono, además de grafito.
Los diamantes son átomos puros de carbono en forma polimorfa y que, bajo condiciones de presión y temperatura extremas se transforman en esta piedra preciosa.
La extrema resistencia de los diamantes se debe a la fuerte unión de sus átomos, compuestos de carbono. Sólo un diamante puede cortar o alterar otro diamante.
¿Cómo se forma un diamante?
El proceso de formación de un diamante es muy complejo y puede llegar a demorar millones de años. Este proceso puede ocurrir solo bajo la llamada capa litosférica, que se ubica entre 150 a 200 kilómetros bajo la superficie y en donde se dan condiciones extremas: temperaturas de entre 900 °C y 1300 °C y un nivel de presión de 30 kilobars.
Allí, el carbón se convierte en una molécula cúbica y en un proceso que puede durar millones de años, se mineraliza transformándose en un diamante.
Los diamantes emergieron a la Tierra a través de erupciones volcánicas. Una vez que la magma de las erupciones se enfrió, éstos fueron escondiéndose en depósitos, donde luego fueron encontrados por el hombre.
Si bien se han encontrado diamantes en 35 países, los que tienen mayores reservas de estas piedras preciosas son Rusia, Botswana and Sudáfrica.
El diamante más grande jamás descubierto fue bautizado como Cullinan. Encontrado en Sudáfrica en 1905, tenía un peso de 3106 quilates y una longitud de alrededor de 10.5 centímetros. El Cullinan fue llevado a Inglaterra y en ese país y bajo la propiedad de la familia real fue cortado en nueve piezas, pasando a formar parte de las joyas de la corona.
Y ahora que sabes la complejidad del proceso para que se forme un diamante…¿Te animarías a tener uno?